lunes, 18 de octubre de 2010

Crónicas estivales - Camino del Destierro del Cid - Llegada al punto de destino

Día 29, domingo. Navapalos- Berlanga de Duero: 24,5 Km.

Hoy ha hecho trampa toda la mesnada, mío Cid. ¿Para qué os voy a engañar? Y , en vez de caminar por vuestras huellas, hemos hecho pira y comenzado la jornada en Recuerda para estar frescos en Berlanga.

Fuimos en autobús hasta el castillo de Gormaz. Una pasada. No me extraña que Almanzor pudiera reunir allí tantísimos moros para sus correrías. Es que, menudo sitio para controlar la zona, en aquel cerro desde que se divisa media Castilla, aunque no se hubieran inventado los prismáticos. Así cualquiera.

Pero, ya veis, mío Cid: pasó de los moros a los cristianos en un plis plas y fuisteis su señor en el año 1087.

A Berlanga llegamos vestidos con nuestras mejores galas tanto la caballería como la infantería. La gente esperaba contenta a la tropa de su señor natural y nos siguió hasta el castillo, que no es tan grande como el de Gormaz, pero también tiene su poderío. Los caballeros llevaron el pendón por todo el pueblo, regocijado con la fiesta y, en el balcón del Ayuntamiento, junto a la placa que os recuerda como su primer alcaide, la juglaresa Mencía les recitó la poesía “Castilla” de Manuel Machado, que la concurrencia escuchó en silencio.

Luego se celebró una comida medieval con su sopa boba y su cordero asado. A todos nos colocaron un babero a modo ya que no había más cubiertos que una cuchara de palo y en algún sitio había que limpiarse las manos. Jarras y cazuelas de barro se avergonzaban de las botellas de cristal de agua embotellada, máxime cuando es tan buena la de la fuente del lugar.

Mientras yantábamos, un grupo de músicos tocaba la dulzaina, el atambor y el salterio.

Como os lo cuento: puro medievo.

La música, tal vez un poco alta, impedía a los comensales lamentarse de los corto y ligero que ha resultado el camino.

Mejor así. Las despedidas deben ser rápidas; sin demasiado tiempo para las lamentaciones de la próxima ausencia.

La Tregua de Dios comienza mañana y la plana mayor se dedicará a buscar las estrategias del próximo ataque a la ciudad de Guadalajara el año próximo. Mientras tanto, vuestra mesnada recordará la andadura con placer y soñará con la próxima campaña llena de esperanza.

Y todo se contará y se cantará.

Vuestro destierro, Mío Cid ,es un destierro cantado.

30-agosto 2010 PJ Blanco Rubio

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