domingo, 3 de octubre de 2010

Crónicas estivales - Camino del Destierro del Cid día IV

Día 23, lunes. Covarrubias- Santo Domingo de Silos

Muy bonito, mi señor don Rodrigo, el camino que recorristeis entre esas dos villas a través de monte bajo, sembrado de encinas y carrascos. Tal vez, en vuestro primer destierro, como la mesnada no se lavaba demasiado no se apercibiera del olor a espliego. ¿Sabéis que ahora, con eso de las modas se llama lavanda al espliego?

Estos desterrados del nuevo milenio se duchan todos los días aunque tengan que dormir sobre colchonetas hinchables.

Antaño no se había inventado todavía eso de la higiene, mi señor.

El recorrido, de 17 Km. ha sido muy llevadero, pese a que había sus cuestecillas.

La tropa- he de ser sincera- se comporta en algunas cosas como la que os acompañó, y os critican por lo bajo. Hoy han hecho chanza y chacota a cuenta del cinturón de castidad que- dicen- le habéis mandado hacer al cerrajero para que doña Jimena no tenga posibilidades de pecar al guardaros ausencias. Aunque estando en lugar sagrado, no me parece a mí que pudiera tener problemas; que el abad don Sancho es hombre de bien y cuidará de vuestro honor.

En santo Domingo de Silos hemos comido y cenado en un camping, cerca del monasterio. Un camping es como un campamento militar pero de paisano. Sirve para acampar sin necesidad de ir a la guerra. Y la gente se queda tan contenta abandonando sus viviendas para vivir pobremente a la orilla de cualquier arroyo, bajo un árbol, como que en su pueblo no lo hubiera. Pero la noche la pasaremos guarecidos en edificios sólidos, mejores aún que las tenadas de vuestro tiempo, aunque haya que echarse en el suelo y envolverse en una funda, que ni siquiera es de oveja merina.

Os consolaré diciéndoos, que toda la mesnada ha acudido al monasterio a hacer oración, como procede, y dormirse las vísperas tan bien cantadas por los santos hombres de Dios.

30-agosto 2010 PJ Blanco Rubio

No hay comentarios:

Publicar un comentario