Día 24, miércoles- Santo Domingo de Silos- Huerta de Rey -20,5 Km.
La convivencia se está poniendo difícil para la mesnada, mi señor Ruy Díaz. Y no es que haya problemas de entendimiento durante las largas leguas recorridas en compañía. Lo malo son las noches. Ayer, mismamente, en Santo Domingo de Silos, nos recogimos en un salón polivalente, que nos cedió gentilmente el alcaide. Tan polivalente era que, primero nos alugamos los peregrinos repartiéndonos el espacio y por acá y por acullá, dejando los calcetines lavados con otras prendas todavía más íntimas, repartidos entre las sillas apiladas en el fondo de la estancia.
En cuanto salimos a tomar un refrigerio, se celebró allí mismo una conferencia cultural de carácter poético. Me imagino la cara del ponente, contemplando los gayumbos de los peones mientras recitaba a Miguel Hernández. Poco serio me parece.
Pero eso no fue todo: cuando, rendidos por en cansancio y la fatiga nos acomodamos en sendos sacos de dormir, comenzó un concierto de ronquidos tal, que las doncellas no pudimos soportarlo y salimos a la calle para cansarnos más todavía y caer rendidas. Ni por esas. Así que hoy hemos decidido buscar alojamiento en algún castillo o posada, donde no nos hagan convivir con los rudos soldados.
De momento estamos en una casa rural de Huerta de Rey. Problemas de acondicionamiento han hecho que el único lugar libre del pueblo para alojar la tropa sea el polideportivo, bastante poco acogedor y/o el tendido uno de la plaza de toros. ¡menos mal que las damas, más astutas habíamos reservado cama en cubierto!
Eso no es todo, mi señor: también hemos comido en el albero. Es esta la plaza de toros más antigua de la provincia de Burgos. Data de 1913. Esto no lo hubierais soñado ni vos mismo.
Y eso que Moratín os hizo alancear un toro en Madrid mismamente.
¿Recordáis como termina?
“Y es fama que a la bajada
juró por la cruz el Cid
de su vencedora espada,
de no quitar la celada
hasta que gane a Madrid.”
Con nosotros, Don Rodrigo, me temo que no llegaréis a Madrid en esta atacada.
30-agosto 2010 PJ Blanco Rubio
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