jueves, 20 de diciembre de 2012

Taller de Crítica literaria Enero 2013


Enero, superada la frustración por unos reyes tan tacaños este año y la frialdad de la tarde invernal, nos reunimos una vez más al calor del ambiente literario, ésta vez para comentar la obra de Gioconda Belli, La mujer habitada.

Quisiera destacar en esta crónica la calidad del público participante (muy mayoritariamente femenino). Ello hizo que fuera quedando muy claro que la autora tiene una enorme capacidad para sensibilizar a la mujer en la búsqueda de su identidad. La protagonista, Lavinia, transmite sentimientos y emociones y una enorme lucidez de pensamiento a lo largo de este proceso que va desde el acomodo de una vida de burguesa privilegiada hasta convertirse en una guerrillera que lucha contra la opresión.

Y todo esto fue comentado por las participantes que en algunos casos habían tomado nota de estos aspectos con citas que leían, y en otros planteaban cuestiones bien interesantes como la idea referente al modo de “habitación” de la indígena Itzá en el cuerpo de Lavinia. Se inició esta reflexión porque llamaba la atención la falta de interés histórico por conocer la indígena que luchó contra los conquistadores españoles, por parte de Lavinia, cuando, paradójicamente, tomaba de ella en muchos momentos la energía para su superación.

Y es clave esta cuestión. La autora no ha querido que a la mujer en busca de su identidad pueda servirle meramente el conocimiento histórico de su condición a lo largo del tiempo, tal y como viene en los libros de historia y cuyo conocimiento se adquiere de modo consciente, sino que ha buscado conexiones hacia esa mujer universal desde registros que se hallan en la sensibilidad de su piel y sólo la imaginación y el lenguaje mito-poético pueden desentrañar su misterio. Por eso Itzá habita en el inconsciente de Lavinia, no en su consciente.

Y por este portentoso ardid de escritura es por lo que Gioconda Belli figura dentro de los grandes (no sólo de “las”), del realismo mágico.

Santos

Realizaremos próximamente un comentario más amplio y detallado de la obra en este mismo blog

jueves, 22 de noviembre de 2012

Taller de Crítica literaria Diciembre 2012

 La ciudad y los perros de Mario Vargas Llosa


Fue publicada en 1963, por tanto se cumple su cincuentenario el año que entramos. Voy a detenerme a ver un esquema de comentario que nos puede servir para otras ocasiones, pero que aquí se hace especialmente pertinente:

1. El tema. Podríamos decir que predomina el militarismo, aunque muy presentes están también el machismo, las clases sociales y el racismo.

2. Voz Narradora. Aunque esta novela resulta muy realista, sin apenas elementos mágicos, sí tiene una característica muy común con ese género: la variedad de voces narradoras:
Por un lado está el llamado narrador omnisciente en tercera persona, pero además hay narradores en primera persona, alguno de ellos, desconocido hasta el final, como es el caso del Jaguar, que nos expresa características de su vida desde la infancia, o El Boa y la especial relación con la perra Malpapeada, o los problemas de conciencia de Alberto; las descripciones de estos personajes en primera persona nos sumergen en un mundo con cierto sabor mágico al ser expresiones directas, muy primarias de niños y adolescentes a los que el lector casi puede escuchar sus lamentos, ver sus fantasías y sentir sus propios temores

3. Personajes. Los personajes son jóvenes del colegio militar Leoncio Prado, procedentes de distintas clases sociales: Alta burguesía, clase media, clase incluso de extrema pobreza. Pero también resulta imprescindible el protagonismo de los militares para la ejemplificación del ejercicio extremado del mecanismo de autoridad.

En este contexto sobresalen algunos protagonistas: Alberto, de familia acomodada, enviado al colegio militar como castigo por sus malas notas en los estudios y para que aprenda a fortalecerse cuando le toque ejercer un cargo de poder en la vida adulta. Tiene su contrapunto en El Jaguar que ya entra endurecido en extremo, huérfano a temprana edad, pronto experimenta los sinsabores de la vida, incluido el del mundo de la delincuencia, de modo que enseguida llega a ser el líder de los jóvenes cadetes que para huir del rigor militar establecen timbas, bebidas clandestinas, escapadas, peleas... Y en ese ambiente, siempre suele haber un chivo expiatorio, que en este caso incluso el apodo le cuadra: El Esclavo. Y dentro de la estructura militar, el teniente Gamboa sobresale como único militar íntegro.

4. Espacio. Vargas Llosa lo presenta como escenario en el que tiene lugar el ejercicio del poder:

La primera división de espacios sería: La ciudad frente al colegio militar Leoncio Prado. En el colegio, los militares son los encargados de reproducir el poder de las clases sociales existentes en la ciudad. En ella, los bien acomodados como el padre de Alberto, viven en Miraflores y frecuentan parques y barrios lujosos; tienen el poder económico que le permite incluso la infidelidad matrimonial, haciendo que pasen por el aro su mujer y su hijo. El padre del Esclavo, de clase social más baja, vive en el barrio de Lince, una zona intermedia entre Miraflores y los barrios más pobres; ejerce su autoridad, sobre su mujer y sobre el hijo, y al carecer de prebendas económicas el ejercicio del poder es más brutal.

En el colegio militar, este poder lo ejercen los militares: A más alto grado, más inaccesibilidad a sus espacios, y en el control de su poder y de su capacidad para hacer y deshacer. El poder, a medida que desciende se establece en espacios más cercanos a la tropa. En ellos se juega con el riesgo a ser descubiertos en las escapadas, en el robo de exámenes...Son los espacios escamoteados a la autoridad donde el poder no lo controla la jerarquía ni las normas y valores militares, es le espacio del Jaguar cuyo liderazgo impone desde valores traídos del ámbito de la delincuencia

No hay, por tanto, una coincidencia entre el poder de la ciudad y el poder del colegio: los cadetes tienen todos el mismo rango para el tiempo oficial, y para el tiempo furtivo rige la jerarquía de la habilidad, la fuerza y la astucia. Hay permisividad, un mirar para otro lado desde los oficiales a estas “travesuras de los cadetes”. Pues saben que los padres de las clases altas mandan allí a sus hijos para que se endurezcan para cuando les toque ejercer a ellos el mando. El problema es cuando algún asunto pasa a mayores, pero entonces todo consiste en informarse de la clase social a la que pertenece el cadete para, según el caso, poner firme a la tropa o dejar pasar el asunto. Y aquí ya el control de los espacios del colegio regido por la jerarquía militar, complementa y reproduce el control de la ciudad regido por el poder económico

5. El tiempo. Aquí es donde más innovador, junto con la voz narradora y la estructura, se muestra Vargas Llosa. Se va de la actualidad no solo a momentos recientes del espacio en el que transcurre la acción, sino a otras épocas, incluso de la infancia de los protagonistas en sus espacios familiares.

Ello permite conocer a los protagonistas en diferentes aspectos y épocas de su vida. El tiempo así narrado adquiere resonancias de epopeya, pues arrojados al destino que la pobreza o la violencia, a veces ambas cosas, les ha deparado para su nacimiento, luchan para adaptarse o salir de él. Y cuando la suerte les fue propicia, como el caso de Alberto o el teniente Gamboa, la realidad se torna adversa para sus propósitos y de nuevo el dilema ante el futuro: adaptarse y someterse o bien enfrentarse y luchar.

6. La estructura. El autor, con ésta novela se revela como un gran innovador al romper con la tradicional estructura narrativa: presentación-nudo-desenlace. Comienza la obra, como se dice, in medias res y no hay propiamente un nudo, al estar dando la acción permanentes saltos en el tiempo. Y aunque sí hay un desenlace, no resulta como en el esquema tradicional en el que se descubre el asesino: sólo queda sugerido.

La estructura, así, resulta abierta, puesto que al no estar determinado el desenlace, el lector puede entrar en valoraciones, suposiciones y opiniones para las que el autor ya nada tiene que decir, la obra ha pasado a pertenecer al lector. Y éste no puede quitarse de encima la preocupación como hubiera sucedido de conocer con claridad el asesino, sino que sus dudas hacen suspender un tiempo aún en su mente todo el impacto producido por una jerarquía militar capaz de ocultar cadáveres antes de poner en duda su prestigio, por un muchacho, violento, pero con una moral si bien discutible para otros, de inquebrantable firmeza en él. Y así, el lector deberá construir por su cuenta la hipótesis del asesino, y para ello se verá obligado a optar por una determinada moral. Y seguramente esto es lo que pretendía el autor.

7. Estilo. Poco diré, salvo que Vargas Llosa, aquí resulta muy realista. Tal vez sea un rasgo destacado de su estilo el construir con mucho detalle los personajes, muy fiel a la realidad de sus vivencias, y para ello un estilo en el que despliega todos sus ricos recursos narrativos para poder llegar con ellos de la forma más verosímil posible a las zonas más recónditas de su existencia.

Santos

jueves, 18 de octubre de 2012

Taller de Crítica literaria Noviembre 2012




El pasado 5 de noviembre tuvimos la segunda sesión de este curso de comentario de libros. En esta ocasión tocaba Mala gente que camina de Benjamín Prado.

La sesión se abrió con la lectura de un poema del propio autor, a cargo de Jose Manuel, a lo que siguió una breve propuesta de pautas generales sobre el funcionamiento del taller, con el fin de sacarle el máximo provecho y la máxima participación, de la que se encargó Mari Jose, a la vez que ejerció de moderadora del coloquio.

Ya entrando en el autor, el que suscribe (Santos), hizo una breve semblanza del autor, Y Petra Jesús, describió la estructura, también brevemente, de la obra a comentar. Así es que la mayor parte del tiempo quedó para la participación de los y de las asistentes, y hay que decir que fue amplia y diversa. Amplia porque muy pocas personas se quedaron sin manifestar alguna opinión. Y diversa porque, en esta ocasión, así lo ha querido el autor, tanto por el contenido como por el estilo literario, el lector se siente permanentemente interpelado.

Ya el tema en sí mismo es fuerte: el robo de niños a las presas republicanas durante y en los primeros años de la post guerra, en relación con el psiquiatra Vallejo-Nájera, jefe de los Servicios Psiquiatricos Militares, que está convencido de que los marxistas son débiles mentales y de que “hay que separar el trigo de la paja” y pone en marcha monstruosos planes con el mismo método que emplearon los nazis (Amplia documentación por Gitta Sereny en The Case of Mary Bell,1972, en el que no sólo da cuenta de 200.000 niños polacos robados por los nazis, sino que analiza también sus consecuencias).

Pero, en contrapeso, la tragedia está narrada en un estilo en el que se mezcla la ficción con la realidad. Y el personaje principal de la ficción es cualquier cosa menos plano: Riguroso investigador de literatura, especialista en Carmen Laforet, por lo que es invitado a conferencias en Universidades de EE.UU., personalmente tiene una vida complicada en el pasado el presente y el futuro, y expresa su situación al lector sin cortarse lo más mínimo en sus impresiones y opiniones, sobre todo en poner a parir a los profesores, a los alumnos y a sus padres, a la mínima ocasión, del Instituto en el que es Jefe de Estudios, aunque de mala gana, porque su pasión es la literatura. Pero su curiosidad y honestidad investigadora le lleva un buen día a adentrarse por unos vericuetos no previstos en su trabajo de investigación sobre Carmen Laforet. Ahí comenzará a destaparse la historia de los niños robados antes comentada y las implicaciones ideológicas de muchos intelectuales que alimentaron o justificaron la ideología que llevó a la guerra y a su posterior represión de los vencidos.

Paralelamente nuestro protagonista, en su vida personal, se reencuentra con su ex-mujer, que acaba de salir de la tiranía de la droga, justo en el momento en el que se ha enamorado de otra que había surgido con ocasión del giro que dio su investigación historico-literaria.

Como decíamos, se dio un coloquio rico en diversidad: A bastantes participantes les interesó y les impresionó el tema como tal, que aunque conocido, gracias al estilo directo del autor (en numerosas ocasiones, el protagonista provoca, pregunta, o hace cómplice al lector), manifestaban que les había llegado más. A otros les había encantado la relación del protagonista con su madre, a otras personas la relación con su mujer, a bastantes la intriga como tal de cómo se van realizando los descubrimientos. A la mayoría una serie de aforismos y sentencias (de las que Petra Jesús leyó un breve extracto) que el autor pone en boca del protagonista, que expresan una filosofía de la vida. Distinta, desde luego, a la de esa Mala gente que camina..”.y va apestando la tierra” (en el verso completo de Antonio Machado que inspiran al autor el título de este libro).

Santos 22/11/2012

La próxima sesión del taller tendrá lugar el 3 de diciembre, para comentar la novela del reciente Premio Nóbel de Literatura, Vargas Llosa, precisamente con la novela que le dio fama mundial y que fue publicada hace justamente medio siglo: La ciudad y los perros. Con este libro iniciaba su autor el ciclo del llamado boom de escritores latinoamericanos, y un estilo narrativo denominado realismo mágico.

domingo, 30 de septiembre de 2012

Taller de Crítica literaria Octubre 2012


ANA KARENINA


El título de esta obra de León Tolstoi parece indicar que toda ella gira alrededor de la protagonista, Ana Karenina, con una aventura de amor singular; sin embargo, la novela está formada por un cúmulo de historias entrelazadas, que, todas ellas, hubieran podido darle título.

Hay que tener en cuenta que el autor, perteneciente a la nobleza rusa del siglo XIX, escribía principalmente para una élite social. Él lo tiene muy en cuenta en la elección de sus principales personajes, todos nobles, y en la delicadeza de los textos, que iban a ser leídos principalmente por damas recatadas, a las que no se les podía alterar sus principios morales.

Sin embargo, y teniendo en cuanta estas circunstancias, Tolstoi es un avanzado liberal en muchos aspectos tales como su simpatía por la mujer independiente- caso de Valenska-, la preocupación por la creación de escuelas populares- se sorprende de que los nobles no les parezca necesaria la cultura de los campesinos-, la crítica hacia los nobles que dejan perder su patrimonio por mantener su estatus en la corte, etc. E, incluso, parece un comentarista actual cuando opina acerca de la relación trabajo- sueldo de los altos cargos. Todo esto, lo hace el escritor, sin perder su visión desde arriba, desde la élite social.

En Ana Karenina, se hace un repaso de una serie de circunstancias que rodean la vida de cualquier persona tales como el amor, los celos, la muerte, el nacimiento, los problemas económicos, y otras más específicas como las cacerías o la vida libertina entre teatros y francachelas de los nobles varones, que necesitaban acreditar su independencia de las esposas para sentir su superioridad.

Es un libro que se lee muy a gusto, pese a ser un clásico, o por serlo. Es interesante observar cómo el autor, describe los momentos más complicados de la historia, no como narrador objetivo sino a través de ojos interesados, como los de Kitty, cuando descubre el amor de Wronsky hacia Ana, en el momento en que ella esperaba su declaración y los de Levin, cuando describe el nacimiento de su hijo, incorporando los sentimiento que le inspira el parto de su esposa.

Dignas de tener en cuenta son las reflexiones de Karenin, el esposo de Ana, que, en contra de lo normal en su tiempo, se contiene reflexivamente ante el adulterio de ésta, no reta al rival, e incluso mantiene una serenidad poco propia de la época.

Ana es una mujer enloquecida de amor, capaz de abandonar su vida por seguir a su amante, pero que no es capaz de querer a la hija que tiene con él, posiblemente porque, a pesar de todo su coraje, pesa sobre ella la moral social que la rodea y la oprime. Este amor se convierte en patológico y se suicida no tanto para solucionar su problema cuanto para que sufra Wronsky.

Realmente, en el siglo XIX y escrito para mujeres lectoras de una alta sociedad muy conservadora – las demás eran analfabetas-, no cabía otra solución al amor transgresor de Ana que una muerte semejante. Había que dejar muy claro que quién la hace, la paga. No fuera a cundir el ejemplo.

La religión es una constante en la manera de pensar del toda la sociedad y Levin- quien parece llevar el espíritu crítico del autor- se plantea una serie de preguntas que se quedan sin respuesta.

A pesar de la extensión de la obra, al terminarla, se tiene la sensación de haber vivido en aquella Rusia del siglo XIX, aparentemente apática, y que dio origen en el siglo XX a una gran revolución social.

Petra-Jesús Blanco Rubio


domingo, 8 de julio de 2012

Pintura y Literatura


El pasado curso, en el taller de Escritura creativa que dirige Josu Montero tuvimos una experiencia que para bastantes de los asistentes resultó altamente estimulante: relación de literatura y diversas artes y medios de comunicación. Concretamente, en el caso de la pintura, recuerdo en especial las fotos-estímulo (a partir de las cuales elaborábamos nuestros relatos o poemas) que nos trajo Josu del pintor americano Edward Hopper.

No se van fácilmente de tu memoria sus cuadros. Cuando hay en ellos personajes, su gesto o su mirada parece que te está pidiendo a gritos que te intereses por su historia, que trates de ver lo que él ve o de pensar lo que él piensa. Y cuando no los hay, las estancias vacías parecen reclamarlos: unas luces encendidas, a través de las ventanas, unas ropas íntimas que dejó encima de cualquier lugar una mano cansada...

Con ocasión de una gran exposición del pintor en el Thyssen Bornemisza (por si os interesa está hasta el 16 de septiembre) he tenido ocasión de ver en directo sus cuadros originales y apreciar mejor algunos aspectos de los que quisiera destacar uno: esa viveza que toma el color de las cosas cotidianas. Puede ser un surtidor de gasolina, un semáforo, una escena cotidiana en que la mujer habla, mientras el marido lee el periódico...

Para mí es como si el pintor nos dijera “No busquéis grandes temas ni grandes efectos para transmitirlos. Lo único que hay que hacer es encuadrar bien lo cotidiano, lo que nos pasa en cada instante, y hacerlo brillar. Porque eso es lo grandioso de la vida y nos suele pasar desapercibido”.

Cuando aún brincaba en mi retina la viveza de colores de los cuadros de Hopper, El País publicaba un artículo de Antonio Muñoz Molina con el título Dos miradas americanas (Babelia 23/06/12). Pensé por un instante que este famoso escritor espiaba nuestras actividades en el taller de escritura, porque veréis:

La otra mirada americana a la que se refiere Muñoz Molina es ni más ni menos que a la del poeta americano Williams Carlos Williams, que, como los asistentes al taller recordarán, leímos y ensayamos con sus poemas durante algunas sesiones. Yo era de los escépticos con este poeta, no me decía nada. Pero la insistencia de Josu (“Vamos a volver a leerlo...”), comentarios, etc., fueron creando en mi ánimo al menos el beneficio de la duda, y tener la mente abierta para este autor ante una nueva ocasión.

Y esta ocasión ha llegado con la visita al museo para ver los originales del pintor, con la lectura del artículo de Muñoz Molina y con la relectura de los poemas de William Carlos Williams. Reproduzco algunos a continuación:

LA ACACIA EN FLOR               LA CARRETILLA ROJA

Entre                           cuánto depende

la verde                        de una

rígida                          carretilla

vieja                           roja

brillante                       bruñida por el agua

quebrada                        de la lluvia

rama                            junto a los blancos
                        
llega                           polluelos.

el blanco

suave

mayo

nuevamente.


Sirvan estos dos poemas para poder observar en ambos esa grandeza de lo sencillo cotidiano. Y tanto el pintor como el escritor, el uno con el color y la forma, el otro con la palabra nos invitan a ver de nuevo esa realidad que por estar tan cercana a nosotros, por sernos tan cotidiana y familiar nos hemos alejado de ella.

Los dos autores comparten también otra característica del contexto histórico que les tocó vivir. Como se sabe, a principios de siglo Nueva York no era el polo de atracción cultural, sino Europa y sobre todo, París. Y la mayoría de artistas y escritores americanos viajaron a Europa con un cierto complejo de provincianos. Pero no fue el caso de los autores que comentamos. Sí tuvo mucha influencia Degás en Hopper, por esa pasión que el pintor francés tenía por el instante (recordamos la pintura de Degás en que una niña se está atando su zapatilla de baile un minuto antes de salir al escenario). Pero fue en lo único que siguió a los impresionistas y vanguardistas: la importancia de la fugacidad, captar el instante del acontecer que es como se da la vida, estar ahí en ese instante, y a este fin puso todo su esfuerzo con la forma la luz y el color en sus cuadros. Ninguno de los dos se dejaron impresionar por las vanguardias de moda. Su vocación fue la de enseñarnos a que tratemos de ver siempre con nuevos ojos eso que tenemos siempre delante.


Santos Pérez , Bilbao, 08-07-2012 

lunes, 25 de junio de 2012

Recital "Voces del mundo"


El pasado martes, 24 de abril, de 2012, a las 19:00h., se celebró el recital "Voces del Mundo", en el Salón de Actos de la Arrupe Etxea, c/ Padre Lojendio, 2, de Bilbao.

El recital nació de la necesidad de dar respuestas al nuevo tipo de sociedad vasca que se ha ido forjando en los últimos años entre gentes de aquí y gentes procedentes de otros países.

Debido a esta realidad, nuestra asociación pretende tender puentes entre las diferentes personas y culturas y, que de esta forma, podamos encontrarnos, hablar, conocernos, comprendernos, respetarnos y conseguir entre todos una sociedad tolerante y solidaria donde podamos vivir todos a gusto, es decir, conseguir una sociedad saludable donde todos seamos considerados personas y ciudadanos con los mismos derechos y obligaciones.

En la audición se declamaron poesías de Rumanía, de los países árabes del Mediterráneo, del África Subsaharariana, de Portugal y del área Latinoamericano.

Los rapsodas fueron los siguientes por orden de recitación : Roberto, Fernando, Doris, Manoli, Begoña Iribarren, Michel y Marbel.

Los poemas estuvieron acompañados por un PowerPoint, cuyas imágenes y música fueron seleccionadas por Fernando Zorita y la parte técnica elaborada por Rafael García Valerio. Asimismo, Iñaki Urrutia colaboró en la parte audiovisual del recital.

El acto comenzó con un saludo de bienvenida y una lectura de presentación de los motivos que dieron origen a la realización del recital, llevada a cabo por el Vicepresidente de la Asociación Escribe-Lee, Fernando Zorita.

Al final de la recitación, algunos asistentes nos hicieron llegar su opinión positiva sobre la audición: por su variedad, por su ambientación audiovisual , por el poemario escogido y el buen hacer de los rapsodas.

Fernando Zorita - 25/06/2012

domingo, 24 de junio de 2012

Viaje a tierra de campos





Durante los días 4, 5 y 6 de mayo realizamos el viaje anual de la asociación Escribe-Lee a Tierra de Campos, en el centro de la provincia de Palencia.



Acudimos 22 personas decididas a percibir información y sensaciones nuevas, tanto como a llevar a Castilla nuestro entusiasmo.

Disponiendo solamente del fin de semana hubo que aquilatar el recorrido y decidimos hacer cuartel general en una casa religiosa situada en Carrión de los Condes, patria del Marqués de Santillana, que visitamos el mismo viernes por la mañana y donde conocimos sus dos mejores iglesias: la de Santa María, que recuerda en piedra el tributo de las cien doncellas y la de Santiago, que ofrece en su fachada un frontal románico con su pantócrator y su apostolario además de una colección de personajes colocados en la arquivolta de la puerta, representativos de los oficios de la época. No pudimos acceder al monasterio de San Zoilo por estar realizando obras en la zona monumental, lo que no fue impedimento para acercarnos al edificio, hoy hostal, y tomarnos un chupito después de cenar. Por la tarde recorrimos tres monumentos señeros del Camino de Santiago: la iglesia de Santa María la Blanca de Villarcázar de Sirga, de origen templario, cuya historia nos fue relatada por el párroco, que nos mostró la imagen de Nuestra Señora a la que Alfonso X le dedicó sus Cantigas; la iglesia-catedral de Támara, impresionante en sus dimensiones y riqueza en un pueblo casi deshabitado, con un órgano insólito asentado sobre una columna y que todavía se utiliza en conciertos estivales, y el bombón románico del Camino: la iglesia de San Martín de Frómista, cuya visión, con arco iris incluido y que no figuraba en el programa, no olvidaremos.

El sábado día 5 lo ocupamos en visitar la mansión romana del siglo IV, La Olmeda, descubierta el un trigal hace unos cincuenta años y hoy casi recuperada totalmente, en la que se encuentran los mosaicos rurales mejor conservados de Europa en una domus a la que no le faltaba ningún detalle de los palacios de Roma, incluidas las termas, en la que trabajaban un millar de servidores entre esclavos y libertos. La Olmeda pertenece al pueblo de Saldaña, cuyo alcalde nos saludó amablemente y puso a nuestra disposición un guía que nos relató la historia de la villa, perfectamente restaurada, y que, previamente, nos había ofrecido la Casa de Cultura donde, por la tarde, la Asociación correspondió con un recital sobre Gabriel Celaya, de centenario reciente, y al que acudió numeroso público que quedó muy satisfecho estrechando, de esta manera, los lazos de amistad entre bilbainos y saldañeses.

Por la noche ofrecimos otro recital espontáneo y entrañable a las monjitas que tan bien nos estaban tratando y que ellas calificaron como "una experiencia mística".

El domingo, día 6, lo dedicamos a conocer la ciudad de Palencia, ciudad levítica llena de iglesias: San Miguel, con su torre fortaleza, San Pablo, San Lázaro, Santa Marina , la Compañía, que rodean la catedral llamada, "la bella Desconocida". Contemplamos edificios modernos muy interesantes como la Diputación, junto al convento de las Claras donde está el Cristo que inspiró a Unamuno, o el palacio del marqués de Villandrando en la mítica Calle Mayor, que dio nombre a la película de Bardem, allí rodada, y en cuyos Cuatro Cantones- el punto cero de la ciudad- nos hicimos nuestra fotografía de recuerdo.

Después de comer en la Plaza Mayor, no tan exquisitamente como lo hicimos en Saldaña- hay que reconocerlo-, paseamos por la orilla del Río Carrión, lugar obligatorio para todo palentino y forastero que se precie y atravesamos,  Puentecillas, para adentrarnos en el Sotillo de los Canónigos, como si talmente lo fuéramos, antes de volver al autobús, que nos devolvió a nuestro Bocho mientras contemplábamos el mar verde que es Castilla en Primavera.

Todo el viaje ha sido una experiencia llena de buen compañerismo, con muchos resabios literarios divertidos, y del que llevamos un grato recuerdo.

Bilbao, mayo 2012

Petra-Jesús Blanco Rubio

jueves, 31 de mayo de 2012

“El viaje de Presunto Corpóreo” (Alberto Corera) liburuaren aurkezpena



“El viaje de Presunto Corpóreo” (Alberto Corera) liburuaren aurkezpena

6 junio, 2012 - Hika Ateneo - 19:30

SINOPSIS.

En la ciudad de Armónica, de trazado octogonal y símbolo de la alienación y la despersonalización del individuo, un peculiar personaje llamado Presunto Corpóreo decide un día emprender un viaje singular a lo largo del perímetro de la plaza central de la ciudad. En su aventura a través de los ocho segmentos que conforman el octógono central de Armónica, Presunto Corpóreo efectuará un viaje presidido por un elenco de pintorescos personajes surgidos al abrigo de relatos fantásticos, pequeñas ficciones, líricos preámbulos, prolijas enumeraciones, delirantes diálogos y literarios desencuentros. Así las cosas, Presunto Corpóreo nos mostrará a una señora que vuela, un césar despechado, una conversación de ultratumba, una historia de hortalizas, un tenedor mutante, un desfile de contribuyentes, un niño inflado a galletas, un reloj de pared homicida, una sandalia depresiva, un orzuelo rebelde, una marea lacrimógena, una historia canófila, una enumeración eróticamente asexuada, un funeral selenita, un elenco de alientos subterráneos, un aspirante a ojos de perro, un conjunto de patologías, un jilguero rencoroso, una disertación literaria, una historia de caperucitas, un sofá de ida y vuelta, un viaje más allá del fin del mundo, un vestido con lunares blancos muy natural… en definitiva, una novela que conviene leer de principio a fin si bien cada capítulo es, por así decirlo, un principio y un fin en sí mismo. Que tengas un buen viaje.

Alberto Corera

“El viaje de Presunto Corpóreo” es una novela construida con fragmentos, mas esos fragmentos trazan una geometría perfecta, maniáticamente perfecta incluso. Y es precisamente dentro de esa armonía estructural, de ese sólido edificio apolíneo – y un tanto inquietante – que el autor procede a la demolición de las certidumbres y de las identidades. Paradoja, sí, en efecto, y es que los seres humanos del siglo XXI somos esencialmente bichos paradójicos, como bien ha señalado gran parte de la mejor literatura contemporánea. Sin duda la obra de Alberto Corera está gozosamente marcada por el experimentalismo y la libertad de la mejor literatura de vanguardia, por ese dejarse llevar por el juego y por el placer del lenguaje. La literatura como aventura. La literatura como El Gran Juego.

Josu Montero




miércoles, 9 de mayo de 2012

"El viaje de presunto corpóreo" de Alberto Corera


En la ciudad de Armónica, de trazado octogonal y símbolo de la alienación y la despersonalización del individuo, un peculiar personaje llamado Presunto Corpóreo decide un día emprender un viaje singular a lo largo del perímetro de la plaza ...central de la ciudad.

En su aventura a través de los ocho segmentos que conforman el octógono central de Armónica, Presunto Corpóreo efectuará un viaje presidido por un elenco de pintorescos personajes surgidos al abrigo de relatos fantásticos, pequeñas ficciones, líricos preámbulos, prolijas enumeraciones, delirantes diálogos y literarios desencuentros.

Así las cosas, Presunto Corpóreo nos mostrará a una señora que vuela, un césar despechado, una conversación de ultratumba, una historia de hortalizas, un tenedor mutante, un desfile de contribuyentes, un niño inflado a galletas, un reloj de pared homicida, una sandalia depresiva, un orzuelo rebelde, una marea lacrimógena, una historia canófila, una enumeración eróticamente asexuada, un funeral selenita, un elenco de alientos subterráneos, un aspirante a ojos de perro, un desfile de patologías, un jilguero rencoroso, una disertación literaria, una historia de caperucitas, un sofá de ida y vuelta, un viaje más allá del fin del mundo, un vestido con lunares blancos muy natural… en definitiva, una novela que conviene leer de principio a fin si bien cada capítulo es, por así decirlo, un principio y un fin en sí mismo.

Que tengas un buen viaje,
                           Alberto Corera

domingo, 19 de febrero de 2012

Taller crítica literaria Asociación escribe-lee de Marzo

LAS RISAS DE MI HERMANO (2009) de Anne Icart (1968)

El conmovedor relato de una familia con un hijo discapacitado, debido a un parto dificultoso, que se alargó más de la cuenta. Una hermana, Anne, unos años más joven que él, que a los siete años se da cuenta de que su hermano es especial y la importancia que su ayuda tiene para ese hermano especial. Tiene mucho mérito relatar cómo se ve afectada la vida de esa familia. La generosidad que preside cada paso que narra la hermana, volcada en ayudar, en jugar, en atender lo que necesita él.

El primer mérito de este libro es que ayuda a comprender cómo se debe manejar la discapacidad de un hijo, o de un hermano. Las ayudas que debe recibir para paliar sus deficiencias. Los miedos que le pueden asaltar ante situaciones complicadas, que él no puede resolver. Atención a los detalles que tienen marcada importancia para él. Se trata de contar lo que es relevante para el hermano, de forma sencilla, directo al grano, sin florituras ni adornos.

La forma de narrar se acomoda a la edad que tiene Anne en los pasajes que se abordan. Es sencilla. Pero entra de lleno en la forma de valorar lo que para ella va a ser muy importante en su vida. Las renuncias que asume, esa jovencita, por su deseo de estar siempre al lado del hermano. Es una decisión de enorme valor emocional, el deseo de esa hermana quiere estar siempre a disposición de él, aunque le cueste renunciar a tener un novio o casarse.

Eduardo Medina Bilbao 04/03/2012

Rojo al agua


Rojo al agua funde dos textos diferentes que se van interrelacionando:

“La secreta vida amorosa de Ofelia” de Steven Berkoff y un texto original de Josu Montero que narra los últimos meses de vida de Virginia Woolf. Ofelia, el personaje de Shakespeare. Virginia Woolf, la escritora inglesa.


La primera escribe para mantener a flote su amor con Hamlet. La segunda escribe por instinto natural para no hundirse. A través de sus cartas nos llega parte de su historia, su pasión por la vida y también su impotencia ante un mundo que acaba por arrinconarlas. Dicen que ambas decidieron morir ahogadas en el río. Tal vez, como las líneas paralelas, sus vidas sólo se cruzaron en el infinito, ¿o no?

Enlaces:                                                                                                                 
http://www.eitb.com/es/videos/detalle/794489/eitb-kultura-rojo-al-agua/                        


 ¿Qué sucedería si se sumergiera un glóbulo rojo en agua destilada? No es el hábitat natural del glóbulo, la célula, por lo que su materia interior y la materia del exterior, la del agua destilada, tienen distintas concentraciones, diferentes esencias. Esto hace que el agua acabe entrando e inundando el glóbulo, se llena  y explota. Ese sería su final. Lo mismo les sucede a Ofelia y a Virginia Woolf. Los niveles, medibles en unidades de pasión por la vida , entre el mundo exterior destilado que las rodea y su mundo interior, no es el mismo. Termina por invadirlas y les  lleva a su destrucción, impregnadas del color rojo  de la esencia de sus emociones. En Ofelia la rueda de la vida es movida por su amor a Hamlet, en Virginia Woolf la escritura.

Durante toda la obra se suceden cambios en el agua del escenario que van reflejando el recorrido emocional de las protagonistas. El agua es vida la esencia de la psique y el flujo de energía vital. En el inicio de la obra todo está en calma, el paisaje denota serenidad, la paz de la mente.  Pero también es un agua helada. Es el frío del invierno en contraste con el fuego interior latente en el corazón de Ofelia y Virginia Woolf.  La invasión del mundo exterior en el corazón de ellas irá fundiendo ese hielo mientras entran en un abismo sin retorno.  Caminar sobre el agua sugiere un intento de autocontrol para  no dejarse arrastrar por las emociones y que exploten en las manos. También es un símbolo de la fe en uno mismo. Todo esto lo intentan ambas sin éxito. El agua corriendo  que se escucha durante la obra denota momentos de meditación, reflexión de pensamientos y emociones. Al final del recorrido llegamos a un agua barrosa, sucia,   que indica que los pensamientos están nublados, anunciando el final trágico, Ofelia y Virginia Woolf, sumergidas en un agua fangosa totalmente abrumadas por las emociones, superadas por ellas.

Caricato, Bilbao 19/02/2012



martes, 3 de enero de 2012

Taller crítica literaria Asociación escribe-lee de Enero



Título: El corazón de las tinieblas
Autor: Joseph Conrad (1857-1924)
Editorial Juventud S.A. 1990

Resulta difícil elegir si destacar los hechos que se narran en esta novela, la colosal aventura del hombre blanco es pos del marfil, en el río Congo de África; o la forma narrativa del autor, que se sumerge en los miedos, en las luchas despiadadas, en el horror de la naturaleza salvaje, en las falsedades de la civilización europea, o en las enfermedades que aniquilan la salud, y deja perplejo al lector con las profundas reflexiones que acompañan en todo momento a los hechos vividos.

… Una detonación pesada y sorda sacudió el suelo; una bocanada de humo salió del acantilado, y eso fue todo. Ningún cambio pareció tener lugar en la superficie de la roca. Estaban construyendo una vía férrea. El acantilado no le cerraba el paso ni nada por el estilo, pero esta explosión sin objeto era el único trabajo que se hacía. Un ligero tintineo a mis espaldas me hizo volver la cabeza. Seis negros avanzaban en fila subiendo el sendero penosamente. Caminaban erguidos, despacio, llevando sobre sus cabezas pequeñas canastas llenas de tierra que se balanceaban, y el tintineo marcaba el ritmo de sus pasos. Iban envueltos en negros harapos ceñidos a los ijares, y las cortas puntas de atrás se agitaban de un lado a otro como si fueran colas. Podía contarles las costillas. Las articulaciones de sus miembros eran como los nudos de una cuerda. Todos iban con una argolla de hierro al cuello y unidos por una cadena cuyos eslabones entrechocaban, tintineando rítmicamente. Otra detonación desde el acantilado me hizo pensar de pronto en aquel barco de guerra que había visto disparar contra todo un continente. Era el mismo sonido siniestro; pero estos hombres, por más esfuerzos que se hicieran con la imaginación, no podían ser llamados enemigos. Eran considerados delincuentes, y la ultrajada ley, como los proyectiles que estallaban, habían venido a ellos, como un insoluble misterio, desde el mar. Sus delgados pechos jadeaban al unísono; les temblaban las narices, violentamente dilatadas. Pasaron a un palmo de mí, sin una mirada, con esa completa y mortal indiferencia que tienen los salvajes infelices.

Eduardo Medina (Getxo, 8/01/2012)