EL DESTIERRO CANTADO: Crónica del viaje realizado por el Camino del Destierro del Cid
Día 20 de agosto, viernes.
Vivar del Cid- San Pedro de Cardeña :21 Km.
Mi señor Ruy Díaz:
Que cuando vinieron vuestros esbirros a hacer la leva por estas tierras nos lo pusieron todo muy bonito asegurándonos que íbamos a ir a cobrar parias a Sevilla. Y una se alistó un poco ingenuamente, la verdad. Eso de viajar gratis a tierra de morería no deja de ser asaz divertido en estos tiempos peligrosos cuando pueden aparecer salteadores tanto moros como cristianos, en cualquier recodo del camino.
Pero ahora no, mi señor Ruy Díaz.
Que yo no contaba con que el rey don Alfonso os desterrara.
¿Por qué le sacasteis los colores de esa manera en Santa Gadea? Por supuesto que los castellanos necesitamos un rey a prueba de traiciones. Pero ese no es motivo para poneros como os pusisteis haciéndole jurar sobre el cerrojo de hierro y la ballesta de palo. Por muy alférez y amigo que fuerais de don Sancho. Fue muy fuerte, mi señor. Muy fuerte.
Así que no os moleste que el rey se haya puesto tan bravo.
Tenéis que salir escapando para comenzar a conquistar plazas y territorios para que os perdone AlfonsoVI y podáis volver a Castilla con la frente bien alta.
Ya sabemos que no tenéis dineros, pero nos han dicho que andan por Burgos unos judíos que no les importaría haceros un buen préstamo. No será difícil engatusarles un poco a cuenta del crédito que tenéis como hombre de honor. En el milenio que viene, ese sistema de arreglar los problemas económicos, sin tener más que fianza , se convertirá en todo un modo de vida que terminará provocando una crisis mundial. Sois un precursor en todo, mío Cid
La mesnada está un poco revuelta esperando que aparezcáis en cualquier momento. Un grupo de amigos de Quintanar de la Sierra, los de Pinares Burgos-Soria y la Asociación Bosque Modelo, de Urbión, la han resucitado.
Creo que en Cubillo del Campo, hay otro grupo de adictos que quiere reconstruir vuestras huestes. Se habían desparramado todas cuando nos enteramos de lo del destierro y algunos, que vos creíais leales, se han alistado en la bandera del rey.
Hay gente nueva. Hasta de Alemania han llegado. Y de Cádiz. Creo que de toda Castilla. Me parece haber oído a un catalán. Y caballeros de Valencia, que han llegado a lomos de caballos alazanes. Bomberos dicen que son. Hay otro caballeros del lugar, como vuestro pariente Alvar Fáñez, que, como hace tiempo que no montaba, se ha hecho un curso intensivo de equitación y se ha comprado caballo nuevo. Y menudo traje de época que viste. Es el que más chulea de todos los caballeros, yendo de acá para allá luciendo el tipo. Debe ser para impresionar a las mozas. Tanto a ellos como a la infantería se nos han proporcionado sendas lanzas de madera, que hemos ido sustituyendo, poco a poco por bastones de camino, dejando las dichas lanzas para la batalla propiamente dicha.
Ya se hizo la primera salida en pos de vuestros pasos.
La tropa partió del Molino del Cid, sobre el río Ubierna, en Vivar, el lugar en que nacisteis en 1043, que ahora se llama la “legua cero”. Pensad que en el siglo XI no se había inventado el sistema métrico. Bordearon el convento de Clarisas, coronaron el Collado del Rey, en medio de la niebla, oliendo a rastrojo, y entraron en Burgos por la puerta de San Martín, que da mismamente al solar de vuestra propiedad. Llegaron con prisas a la plaza de San Fernando, pasando de puntillas por Santa Gadea para despistar, como si no supieran nada de lo que allí ocurrió. Faltaba un atambor y un olifante que pregonara a los burgueses la entrada de vuestros leales.
En la puerta del Sarmental les esperaba el alcaide en funciones. Que estamos en agosto, señor, y del rey abajo, todo el mundo descansa en Castilla por estas fechas. El alcaide en funciones , me pareció que era del bando del rey Alfonso VI, ya que no invitó a vuestros leales a un aperitivo de bienvenida, como sería de rigor. Aunque fue muy correcto y les dio un recuerdo baladí para recordar la visita. La plaza estaba llena de nativos y japoneses, asombrados estos últimos de semejante lujo y boato.
Un juglar y una juglaresa celebraron vuestras glorias, que ya aparecen en un cantar y del que han comenzado a sacar fotocopias bajo manga los monjes de Medinaceli. La juglaresa Mencía estaba muy emocionada. Toda su vida tras vuestro rastro y, de buenas a primeras, se encuentra envuelta en este remolino que le hizo leer ante el Mundo entero un fragmento de vuestro Cantar, en la misma Catedral de Burgos. Menos mal que no lo tenía previsto. De no haber sido así, hubiera fallecido de emoción. Ni os cuento como debe tener el ego de exaltado.
Aplanados por 30º de temperatura, llegaron a pie enjuto hasta los confines de Fuentesblancas, un bosquecillo amable a orillas del Arlazón. Después de tantos siglos de relajo, vuestros nuevos vasallos llegamos un tanto derrengados. Un chupito con hielo en una terraza, nos puso a tono. Pero nos habíamos recorrido nuestros primeros 21 Km del destierro más sonado de Castilla de todos los tiempos.
30-agosto 2010 PJ Blanco Rubio
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