martes, 18 de marzo de 2014

El extranjero - Albert Camus


El extranjero - Albert Camus

Nació en 1913, en vísperas de la gran guerra, en Mondovi, Argelia, en el seno de una familia pobre de colonos franceses. Su padre fue movilizado por el ejército francés y fue herido de muerte durante la batalla del Marne cuando Camus apenas contaba un año. La familia sin medios para subsistir, se trasladó entonces a la casa de la abuela materna en Argel. Allí, gracias a una beca, Camus inicio los estudios universitarios en 1932.

Durante sus años de estudiante, conoció a una joven actriz llamada Simone Hie, con quien se casó en 1934. Ingreso en el partido comunista y escribió su primera pieza “La revolución de Asturias” drama antifascista donde aparecía ya el espíritu comprometido de Camus.

Filosofía del Absurdo

Una de las principales ideas filosóficas de Camus es la del Absurdo. Según este pensador francés la existencia humana no tiene sentido, por lo que buscarlo, es algo inútil. El que la existencia humana sea absurda, significa que es igual lo que hagamos o elijamos, pues de todas las formas, seguiremos siendo indiferentes para el mundo. Esta falta de sentido de la existencia humana, encuentra su explicación en el hecho de que Dios no existe, por lo que se carece de un punto de referencia. De ahí, que el ser humano tenga como imperativo construir su moral y configurarse así mismo. En esta búsqueda humana todo lo que se encuentre será siempre de carácter provisional, porque la ausencia de principios absolutos universales nos niega tener una guía o certeza.

Lo anteriormente expuesto, casa con la idea de la filosofía existencialista y que, expresa bien Sartre cuando se refiere a la libertad. Según él, estamos condenados a ser libres, pues nuestra condena es elegir constantemente, y precisamente en nuestra elección vamos configurando nuestra moral, y lo que queremos ser como seres humanos.

A la idea de Sartre, Camus agrega que, hagamos lo que hagamos, nuestra existencia y realidad siempre carecerán de sentido, seguirán siendo absurdas. Ahora bien, el hecho de que seamos seres absurdos, no implica la idea de pesimismo o renuncia. No obstante Camus, nunca predicó el desprecio a la vida. Camus, más bien afirma que a pesar de ese carácter absurdo de la existencia, o gracias a él, la vida adquiere un valor inestimable y digna de vivirla. Debemos vivir cada instante, cada minuto de nuestra existencia, con la pasión del héroe que, a pesar de ser consciente de que su tarea es inútil, la realiza con dignidad y sin desmayo.

Este argumento lo desarrolla Camus en su novela “El mito de Sisifo”, este héroe de la mitología griega, ha sido condenado por los Dioses a realizar eternamente una tarea que no tiene un fin determinado, ni una utilidad concreta, no obstante, Sisifo no rechaza su castigo, más bien lo asume.

Todos somos, a nuestra manera como Sisifo, aunque seamos conscientes de ello; llevamos una existencia absurda carente de sentido, mientras unos lo aceptan con plena lucidez y dignidad, otros lo hacen con desesperación y amargura. El  imperativo moral debería ser vivir la vida con toda la pasión que seamos capaces. Camus rechaza cualquier acción que pretenda evadir la realidad, más bien nos propone que aceptemos ese destino con la lucidez heroica de Sisifo.

Aunque Camus negó varias veces pertenecer al movimiento existencialista, es clara la influencia de éste en su pensamiento. Dicho movimiento filosófico tuvo su momento de gloria en el siglo pasado, aunque en algunos círculos intelectuales se ha desdeñado, sigue siendo importante hoy para revelarnos la precariedad de la naturaleza humana. Muchas de sus afirmaciones siguen siendo válidas sobre todo en el momento histórico en el que nos encontramos. Nuestra sociedad esta marcada por crisis de toda índole. Los seres humanos en todo el mundo son presa de la soledad y desesperación. 

La crisis que se vive en sociedades donde los seres humanos han perdido la fe en otros seres humanos, ha originado que grandes masas de ciudadanos se hayan entregado a movimientos enajenantes, con lo que buscan evadirse de la realidad.

Como resumen:

El hombre puede hacer frente al absurdo de la existencia.
1º La mente toma conciencia de lo absurdo de su existencia. Ya que en un mundo privado de ilusiones el hombre se siente extranjero.
2º El hombre acepta su lugar en el mundo, se siente incapaz de luchar contra las estructuras que emanan del poder.
3º Tras aceptar el “absurdo” puede suicidarse filosóficamente, o también, puede apostar por la vida absurda, o sea, puede optar entre la rebelión o la renuncia.
En la rebeldía puede encontrar un proyecto de vida, aunque resulte estéril.

La premisa fundamental de la filosofía de Camus, es que el mundo supera al hombre (El hombre ha sido arrojado al mundo – Sartre)
El libro, que tal vez soporta mejor todo lo anteriormente dicho es el “Mito de Sisifo”, Camus expresa una inquietud existencial que él denomina “absurdo”.
En Sisifo se muestra como metáfora el esfuerzo inútil del hombre. Sisifo es el arquetipo del hombre absurdo ya que no tiene esperanzas.

El argumento del Extranjero

La obra transcurre en Argelia, a mediados del siglo XX, y narra la historia de Mersault -un hombre en apariencia común y corriente- desde que recibe la noticia de la muerte de su madre, hasta que es conducido al cadalso, condenado por asesinato.

Camus describe los sucesos cotidianos de Marsault, incluyendo sus contactos con su amigo Raymond, su novia María y su jefe, al igual que el suceso en el que asesina a un hombre y el proceso judicial que terminada con la condena del protagonista; para ello utiliza un lenguaje sencillo e incluso parco. Son apenas 124 páginas.

¿Qué es lo que hace entonces a El extranjero una obra trascendente? La actitud y sentimientos de Mersault, quien manifiesta su total indiferencia frente a la muerte de un ser querido, las vicisitudes de su amigo, el afecto de su novia o, lo más sorprendente, el resultado de su enjuiciamiento.

A Mersault le da igual que lo amen o no, que lo condenen o ejecuten o lo absuelvan. No cree en Dios ni en la vida después de la muerte, como tampoco parece creer en una justificación para la existencia misma. Sólo al final de la obra, después de discutir con el capellán que trata de convencerlo de que se arrepienta y se reconcilie con Dios y el mundo, cuando las sirenas anunciaban la proximidad de su ejecución, siente por primera vez la necesidad de sentirse al menos odiado por sus semejantes.

Es este carácter (¿inhumano?) de Mersault lo que le merece la condena, más incluso que el asesinato. Opino que Mersault es enviado al cadalso no por lo que hizo, sino por lo que no sintió al hacerlo y por lo que no sufrió después de ello.


Miguel Angel Zalbide


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