sábado, 5 de febrero de 2011

La Flor del Norte de Espido Freire

 Me resulta sugestivo el tema de Cristina de Noruega y he leído "La flor del Norte" pese a que no soy devota de Espido Freire, a la que conozco desde que comenzó su andadura literaria. Sus primeros libros me parecen pretenciosos y no creo que se merecieran los galardones recibidos.

Comencé a leer "La flor del Norte" con reticencia.

Conocía la historia de la princesa que llega a Castilla para casarse con un Alfonso X, que debía de haber repudiado a su esposa Violante por estéril. Pero en aquellos tiempos, las cosas de palacio iban mucho más despacio de lo previsto y cuando Cristina llega a la corte castellana se encuentra con que no va a ser reina sino esposa de un segundón, porque Violante ha sido madre ya.

Es curioso que este detalle, a mi entender fundamental en la historia, lo roza imperceptiblemente el libro. Quiero creer que, en su documentación- que no dudo ha sido exhaustiva-, ha descubierto la autora que tiene más de leyenda que de realidad. Dejémoslo así.

La novela está escrita en una primera persona doliente y añorante de su patria y de su familia, lo que sirve para hacer un recorrido de la historia de Noruega desde la perspectiva de una mujer.

Pocas veces se ha escrito la historia desde la visión femenina, mucho más profunda que la habitual masculina, con una minuciosidad doméstica y sutil que llega a analizar situaciones y personajes opinando sobre ellos.

Está tan identificada la autora con su protagonista que, en ningún momento hace valoraciones desde aquí y desde ahora sino desde la visión que hubiera podido alcanzar una mujer del siglo XIII, con un lenguaje bellísimo adaptado a la época, sin caer en un medievalismo arcaico.

Es tan corta la vida de Cristina y tan poco lo que conocemos de ella que cualquier novelista puede jugar con su historia. Espido Freire lo hace con un final inesperado.

He disfrutado mucho con esta lectura.

No he encontrado a la princesa noruega enterrada en Covarrubias. He encontrado una escritora como la copa de un pino, en plena madurez.

P J Blanco Rubio Bilbao, 4, 2, 2011

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