jueves, 22 de noviembre de 2012

Taller de Crítica literaria Diciembre 2012

 La ciudad y los perros de Mario Vargas Llosa


Fue publicada en 1963, por tanto se cumple su cincuentenario el año que entramos. Voy a detenerme a ver un esquema de comentario que nos puede servir para otras ocasiones, pero que aquí se hace especialmente pertinente:

1. El tema. Podríamos decir que predomina el militarismo, aunque muy presentes están también el machismo, las clases sociales y el racismo.

2. Voz Narradora. Aunque esta novela resulta muy realista, sin apenas elementos mágicos, sí tiene una característica muy común con ese género: la variedad de voces narradoras:
Por un lado está el llamado narrador omnisciente en tercera persona, pero además hay narradores en primera persona, alguno de ellos, desconocido hasta el final, como es el caso del Jaguar, que nos expresa características de su vida desde la infancia, o El Boa y la especial relación con la perra Malpapeada, o los problemas de conciencia de Alberto; las descripciones de estos personajes en primera persona nos sumergen en un mundo con cierto sabor mágico al ser expresiones directas, muy primarias de niños y adolescentes a los que el lector casi puede escuchar sus lamentos, ver sus fantasías y sentir sus propios temores

3. Personajes. Los personajes son jóvenes del colegio militar Leoncio Prado, procedentes de distintas clases sociales: Alta burguesía, clase media, clase incluso de extrema pobreza. Pero también resulta imprescindible el protagonismo de los militares para la ejemplificación del ejercicio extremado del mecanismo de autoridad.

En este contexto sobresalen algunos protagonistas: Alberto, de familia acomodada, enviado al colegio militar como castigo por sus malas notas en los estudios y para que aprenda a fortalecerse cuando le toque ejercer un cargo de poder en la vida adulta. Tiene su contrapunto en El Jaguar que ya entra endurecido en extremo, huérfano a temprana edad, pronto experimenta los sinsabores de la vida, incluido el del mundo de la delincuencia, de modo que enseguida llega a ser el líder de los jóvenes cadetes que para huir del rigor militar establecen timbas, bebidas clandestinas, escapadas, peleas... Y en ese ambiente, siempre suele haber un chivo expiatorio, que en este caso incluso el apodo le cuadra: El Esclavo. Y dentro de la estructura militar, el teniente Gamboa sobresale como único militar íntegro.

4. Espacio. Vargas Llosa lo presenta como escenario en el que tiene lugar el ejercicio del poder:

La primera división de espacios sería: La ciudad frente al colegio militar Leoncio Prado. En el colegio, los militares son los encargados de reproducir el poder de las clases sociales existentes en la ciudad. En ella, los bien acomodados como el padre de Alberto, viven en Miraflores y frecuentan parques y barrios lujosos; tienen el poder económico que le permite incluso la infidelidad matrimonial, haciendo que pasen por el aro su mujer y su hijo. El padre del Esclavo, de clase social más baja, vive en el barrio de Lince, una zona intermedia entre Miraflores y los barrios más pobres; ejerce su autoridad, sobre su mujer y sobre el hijo, y al carecer de prebendas económicas el ejercicio del poder es más brutal.

En el colegio militar, este poder lo ejercen los militares: A más alto grado, más inaccesibilidad a sus espacios, y en el control de su poder y de su capacidad para hacer y deshacer. El poder, a medida que desciende se establece en espacios más cercanos a la tropa. En ellos se juega con el riesgo a ser descubiertos en las escapadas, en el robo de exámenes...Son los espacios escamoteados a la autoridad donde el poder no lo controla la jerarquía ni las normas y valores militares, es le espacio del Jaguar cuyo liderazgo impone desde valores traídos del ámbito de la delincuencia

No hay, por tanto, una coincidencia entre el poder de la ciudad y el poder del colegio: los cadetes tienen todos el mismo rango para el tiempo oficial, y para el tiempo furtivo rige la jerarquía de la habilidad, la fuerza y la astucia. Hay permisividad, un mirar para otro lado desde los oficiales a estas “travesuras de los cadetes”. Pues saben que los padres de las clases altas mandan allí a sus hijos para que se endurezcan para cuando les toque ejercer a ellos el mando. El problema es cuando algún asunto pasa a mayores, pero entonces todo consiste en informarse de la clase social a la que pertenece el cadete para, según el caso, poner firme a la tropa o dejar pasar el asunto. Y aquí ya el control de los espacios del colegio regido por la jerarquía militar, complementa y reproduce el control de la ciudad regido por el poder económico

5. El tiempo. Aquí es donde más innovador, junto con la voz narradora y la estructura, se muestra Vargas Llosa. Se va de la actualidad no solo a momentos recientes del espacio en el que transcurre la acción, sino a otras épocas, incluso de la infancia de los protagonistas en sus espacios familiares.

Ello permite conocer a los protagonistas en diferentes aspectos y épocas de su vida. El tiempo así narrado adquiere resonancias de epopeya, pues arrojados al destino que la pobreza o la violencia, a veces ambas cosas, les ha deparado para su nacimiento, luchan para adaptarse o salir de él. Y cuando la suerte les fue propicia, como el caso de Alberto o el teniente Gamboa, la realidad se torna adversa para sus propósitos y de nuevo el dilema ante el futuro: adaptarse y someterse o bien enfrentarse y luchar.

6. La estructura. El autor, con ésta novela se revela como un gran innovador al romper con la tradicional estructura narrativa: presentación-nudo-desenlace. Comienza la obra, como se dice, in medias res y no hay propiamente un nudo, al estar dando la acción permanentes saltos en el tiempo. Y aunque sí hay un desenlace, no resulta como en el esquema tradicional en el que se descubre el asesino: sólo queda sugerido.

La estructura, así, resulta abierta, puesto que al no estar determinado el desenlace, el lector puede entrar en valoraciones, suposiciones y opiniones para las que el autor ya nada tiene que decir, la obra ha pasado a pertenecer al lector. Y éste no puede quitarse de encima la preocupación como hubiera sucedido de conocer con claridad el asesino, sino que sus dudas hacen suspender un tiempo aún en su mente todo el impacto producido por una jerarquía militar capaz de ocultar cadáveres antes de poner en duda su prestigio, por un muchacho, violento, pero con una moral si bien discutible para otros, de inquebrantable firmeza en él. Y así, el lector deberá construir por su cuenta la hipótesis del asesino, y para ello se verá obligado a optar por una determinada moral. Y seguramente esto es lo que pretendía el autor.

7. Estilo. Poco diré, salvo que Vargas Llosa, aquí resulta muy realista. Tal vez sea un rasgo destacado de su estilo el construir con mucho detalle los personajes, muy fiel a la realidad de sus vivencias, y para ello un estilo en el que despliega todos sus ricos recursos narrativos para poder llegar con ellos de la forma más verosímil posible a las zonas más recónditas de su existencia.

Santos

jueves, 18 de octubre de 2012

Taller de Crítica literaria Noviembre 2012




El pasado 5 de noviembre tuvimos la segunda sesión de este curso de comentario de libros. En esta ocasión tocaba Mala gente que camina de Benjamín Prado.

La sesión se abrió con la lectura de un poema del propio autor, a cargo de Jose Manuel, a lo que siguió una breve propuesta de pautas generales sobre el funcionamiento del taller, con el fin de sacarle el máximo provecho y la máxima participación, de la que se encargó Mari Jose, a la vez que ejerció de moderadora del coloquio.

Ya entrando en el autor, el que suscribe (Santos), hizo una breve semblanza del autor, Y Petra Jesús, describió la estructura, también brevemente, de la obra a comentar. Así es que la mayor parte del tiempo quedó para la participación de los y de las asistentes, y hay que decir que fue amplia y diversa. Amplia porque muy pocas personas se quedaron sin manifestar alguna opinión. Y diversa porque, en esta ocasión, así lo ha querido el autor, tanto por el contenido como por el estilo literario, el lector se siente permanentemente interpelado.

Ya el tema en sí mismo es fuerte: el robo de niños a las presas republicanas durante y en los primeros años de la post guerra, en relación con el psiquiatra Vallejo-Nájera, jefe de los Servicios Psiquiatricos Militares, que está convencido de que los marxistas son débiles mentales y de que “hay que separar el trigo de la paja” y pone en marcha monstruosos planes con el mismo método que emplearon los nazis (Amplia documentación por Gitta Sereny en The Case of Mary Bell,1972, en el que no sólo da cuenta de 200.000 niños polacos robados por los nazis, sino que analiza también sus consecuencias).

Pero, en contrapeso, la tragedia está narrada en un estilo en el que se mezcla la ficción con la realidad. Y el personaje principal de la ficción es cualquier cosa menos plano: Riguroso investigador de literatura, especialista en Carmen Laforet, por lo que es invitado a conferencias en Universidades de EE.UU., personalmente tiene una vida complicada en el pasado el presente y el futuro, y expresa su situación al lector sin cortarse lo más mínimo en sus impresiones y opiniones, sobre todo en poner a parir a los profesores, a los alumnos y a sus padres, a la mínima ocasión, del Instituto en el que es Jefe de Estudios, aunque de mala gana, porque su pasión es la literatura. Pero su curiosidad y honestidad investigadora le lleva un buen día a adentrarse por unos vericuetos no previstos en su trabajo de investigación sobre Carmen Laforet. Ahí comenzará a destaparse la historia de los niños robados antes comentada y las implicaciones ideológicas de muchos intelectuales que alimentaron o justificaron la ideología que llevó a la guerra y a su posterior represión de los vencidos.

Paralelamente nuestro protagonista, en su vida personal, se reencuentra con su ex-mujer, que acaba de salir de la tiranía de la droga, justo en el momento en el que se ha enamorado de otra que había surgido con ocasión del giro que dio su investigación historico-literaria.

Como decíamos, se dio un coloquio rico en diversidad: A bastantes participantes les interesó y les impresionó el tema como tal, que aunque conocido, gracias al estilo directo del autor (en numerosas ocasiones, el protagonista provoca, pregunta, o hace cómplice al lector), manifestaban que les había llegado más. A otros les había encantado la relación del protagonista con su madre, a otras personas la relación con su mujer, a bastantes la intriga como tal de cómo se van realizando los descubrimientos. A la mayoría una serie de aforismos y sentencias (de las que Petra Jesús leyó un breve extracto) que el autor pone en boca del protagonista, que expresan una filosofía de la vida. Distinta, desde luego, a la de esa Mala gente que camina..”.y va apestando la tierra” (en el verso completo de Antonio Machado que inspiran al autor el título de este libro).

Santos 22/11/2012

La próxima sesión del taller tendrá lugar el 3 de diciembre, para comentar la novela del reciente Premio Nóbel de Literatura, Vargas Llosa, precisamente con la novela que le dio fama mundial y que fue publicada hace justamente medio siglo: La ciudad y los perros. Con este libro iniciaba su autor el ciclo del llamado boom de escritores latinoamericanos, y un estilo narrativo denominado realismo mágico.

domingo, 30 de septiembre de 2012

Taller de Crítica literaria Octubre 2012


ANA KARENINA


El título de esta obra de León Tolstoi parece indicar que toda ella gira alrededor de la protagonista, Ana Karenina, con una aventura de amor singular; sin embargo, la novela está formada por un cúmulo de historias entrelazadas, que, todas ellas, hubieran podido darle título.

Hay que tener en cuenta que el autor, perteneciente a la nobleza rusa del siglo XIX, escribía principalmente para una élite social. Él lo tiene muy en cuenta en la elección de sus principales personajes, todos nobles, y en la delicadeza de los textos, que iban a ser leídos principalmente por damas recatadas, a las que no se les podía alterar sus principios morales.

Sin embargo, y teniendo en cuanta estas circunstancias, Tolstoi es un avanzado liberal en muchos aspectos tales como su simpatía por la mujer independiente- caso de Valenska-, la preocupación por la creación de escuelas populares- se sorprende de que los nobles no les parezca necesaria la cultura de los campesinos-, la crítica hacia los nobles que dejan perder su patrimonio por mantener su estatus en la corte, etc. E, incluso, parece un comentarista actual cuando opina acerca de la relación trabajo- sueldo de los altos cargos. Todo esto, lo hace el escritor, sin perder su visión desde arriba, desde la élite social.

En Ana Karenina, se hace un repaso de una serie de circunstancias que rodean la vida de cualquier persona tales como el amor, los celos, la muerte, el nacimiento, los problemas económicos, y otras más específicas como las cacerías o la vida libertina entre teatros y francachelas de los nobles varones, que necesitaban acreditar su independencia de las esposas para sentir su superioridad.

Es un libro que se lee muy a gusto, pese a ser un clásico, o por serlo. Es interesante observar cómo el autor, describe los momentos más complicados de la historia, no como narrador objetivo sino a través de ojos interesados, como los de Kitty, cuando descubre el amor de Wronsky hacia Ana, en el momento en que ella esperaba su declaración y los de Levin, cuando describe el nacimiento de su hijo, incorporando los sentimiento que le inspira el parto de su esposa.

Dignas de tener en cuenta son las reflexiones de Karenin, el esposo de Ana, que, en contra de lo normal en su tiempo, se contiene reflexivamente ante el adulterio de ésta, no reta al rival, e incluso mantiene una serenidad poco propia de la época.

Ana es una mujer enloquecida de amor, capaz de abandonar su vida por seguir a su amante, pero que no es capaz de querer a la hija que tiene con él, posiblemente porque, a pesar de todo su coraje, pesa sobre ella la moral social que la rodea y la oprime. Este amor se convierte en patológico y se suicida no tanto para solucionar su problema cuanto para que sufra Wronsky.

Realmente, en el siglo XIX y escrito para mujeres lectoras de una alta sociedad muy conservadora – las demás eran analfabetas-, no cabía otra solución al amor transgresor de Ana que una muerte semejante. Había que dejar muy claro que quién la hace, la paga. No fuera a cundir el ejemplo.

La religión es una constante en la manera de pensar del toda la sociedad y Levin- quien parece llevar el espíritu crítico del autor- se plantea una serie de preguntas que se quedan sin respuesta.

A pesar de la extensión de la obra, al terminarla, se tiene la sensación de haber vivido en aquella Rusia del siglo XIX, aparentemente apática, y que dio origen en el siglo XX a una gran revolución social.

Petra-Jesús Blanco Rubio


domingo, 8 de julio de 2012

Pintura y Literatura


El pasado curso, en el taller de Escritura creativa que dirige Josu Montero tuvimos una experiencia que para bastantes de los asistentes resultó altamente estimulante: relación de literatura y diversas artes y medios de comunicación. Concretamente, en el caso de la pintura, recuerdo en especial las fotos-estímulo (a partir de las cuales elaborábamos nuestros relatos o poemas) que nos trajo Josu del pintor americano Edward Hopper.

No se van fácilmente de tu memoria sus cuadros. Cuando hay en ellos personajes, su gesto o su mirada parece que te está pidiendo a gritos que te intereses por su historia, que trates de ver lo que él ve o de pensar lo que él piensa. Y cuando no los hay, las estancias vacías parecen reclamarlos: unas luces encendidas, a través de las ventanas, unas ropas íntimas que dejó encima de cualquier lugar una mano cansada...

Con ocasión de una gran exposición del pintor en el Thyssen Bornemisza (por si os interesa está hasta el 16 de septiembre) he tenido ocasión de ver en directo sus cuadros originales y apreciar mejor algunos aspectos de los que quisiera destacar uno: esa viveza que toma el color de las cosas cotidianas. Puede ser un surtidor de gasolina, un semáforo, una escena cotidiana en que la mujer habla, mientras el marido lee el periódico...

Para mí es como si el pintor nos dijera “No busquéis grandes temas ni grandes efectos para transmitirlos. Lo único que hay que hacer es encuadrar bien lo cotidiano, lo que nos pasa en cada instante, y hacerlo brillar. Porque eso es lo grandioso de la vida y nos suele pasar desapercibido”.

Cuando aún brincaba en mi retina la viveza de colores de los cuadros de Hopper, El País publicaba un artículo de Antonio Muñoz Molina con el título Dos miradas americanas (Babelia 23/06/12). Pensé por un instante que este famoso escritor espiaba nuestras actividades en el taller de escritura, porque veréis:

La otra mirada americana a la que se refiere Muñoz Molina es ni más ni menos que a la del poeta americano Williams Carlos Williams, que, como los asistentes al taller recordarán, leímos y ensayamos con sus poemas durante algunas sesiones. Yo era de los escépticos con este poeta, no me decía nada. Pero la insistencia de Josu (“Vamos a volver a leerlo...”), comentarios, etc., fueron creando en mi ánimo al menos el beneficio de la duda, y tener la mente abierta para este autor ante una nueva ocasión.

Y esta ocasión ha llegado con la visita al museo para ver los originales del pintor, con la lectura del artículo de Muñoz Molina y con la relectura de los poemas de William Carlos Williams. Reproduzco algunos a continuación:

LA ACACIA EN FLOR               LA CARRETILLA ROJA

Entre                           cuánto depende

la verde                        de una

rígida                          carretilla

vieja                           roja

brillante                       bruñida por el agua

quebrada                        de la lluvia

rama                            junto a los blancos
                        
llega                           polluelos.

el blanco

suave

mayo

nuevamente.


Sirvan estos dos poemas para poder observar en ambos esa grandeza de lo sencillo cotidiano. Y tanto el pintor como el escritor, el uno con el color y la forma, el otro con la palabra nos invitan a ver de nuevo esa realidad que por estar tan cercana a nosotros, por sernos tan cotidiana y familiar nos hemos alejado de ella.

Los dos autores comparten también otra característica del contexto histórico que les tocó vivir. Como se sabe, a principios de siglo Nueva York no era el polo de atracción cultural, sino Europa y sobre todo, París. Y la mayoría de artistas y escritores americanos viajaron a Europa con un cierto complejo de provincianos. Pero no fue el caso de los autores que comentamos. Sí tuvo mucha influencia Degás en Hopper, por esa pasión que el pintor francés tenía por el instante (recordamos la pintura de Degás en que una niña se está atando su zapatilla de baile un minuto antes de salir al escenario). Pero fue en lo único que siguió a los impresionistas y vanguardistas: la importancia de la fugacidad, captar el instante del acontecer que es como se da la vida, estar ahí en ese instante, y a este fin puso todo su esfuerzo con la forma la luz y el color en sus cuadros. Ninguno de los dos se dejaron impresionar por las vanguardias de moda. Su vocación fue la de enseñarnos a que tratemos de ver siempre con nuevos ojos eso que tenemos siempre delante.


Santos Pérez , Bilbao, 08-07-2012 

lunes, 25 de junio de 2012

Recital "Voces del mundo"


El pasado martes, 24 de abril, de 2012, a las 19:00h., se celebró el recital "Voces del Mundo", en el Salón de Actos de la Arrupe Etxea, c/ Padre Lojendio, 2, de Bilbao.

El recital nació de la necesidad de dar respuestas al nuevo tipo de sociedad vasca que se ha ido forjando en los últimos años entre gentes de aquí y gentes procedentes de otros países.

Debido a esta realidad, nuestra asociación pretende tender puentes entre las diferentes personas y culturas y, que de esta forma, podamos encontrarnos, hablar, conocernos, comprendernos, respetarnos y conseguir entre todos una sociedad tolerante y solidaria donde podamos vivir todos a gusto, es decir, conseguir una sociedad saludable donde todos seamos considerados personas y ciudadanos con los mismos derechos y obligaciones.

En la audición se declamaron poesías de Rumanía, de los países árabes del Mediterráneo, del África Subsaharariana, de Portugal y del área Latinoamericano.

Los rapsodas fueron los siguientes por orden de recitación : Roberto, Fernando, Doris, Manoli, Begoña Iribarren, Michel y Marbel.

Los poemas estuvieron acompañados por un PowerPoint, cuyas imágenes y música fueron seleccionadas por Fernando Zorita y la parte técnica elaborada por Rafael García Valerio. Asimismo, Iñaki Urrutia colaboró en la parte audiovisual del recital.

El acto comenzó con un saludo de bienvenida y una lectura de presentación de los motivos que dieron origen a la realización del recital, llevada a cabo por el Vicepresidente de la Asociación Escribe-Lee, Fernando Zorita.

Al final de la recitación, algunos asistentes nos hicieron llegar su opinión positiva sobre la audición: por su variedad, por su ambientación audiovisual , por el poemario escogido y el buen hacer de los rapsodas.

Fernando Zorita - 25/06/2012