viernes, 24 de octubre de 2014

Tu cuerpo


Tu vestido de flores se abre despacio
como las tapas de un libro
que descubres por capítulos;
dejando a la intemperie
tus incidentes, tus viajes,
pormenores y aventuras.






Eres toda una biografía impresa.
Tienes una vacuna en el muslo
como un garabato
que cuenta tu niñez y tus miedos infantiles.

Una sutura emborronada por el sol.
Un antojo de nacimiento maquillado para la ocasión,
una rosa negra…, el broche de fiesta entre los muslos
o a veces también un separador de episodios.

La rozadura violeta y delatora
como la frotadura de un beso de la que sólo tú sabes.

Tu vestido es eso, 
la funda de un libro que escondes celosa. 
Quizá hable en algún lugar de los brazos
que se han deslizado por tu cintura
o seas una enciclopedia con países inexplorados,
recónditos lugares, 
blancas lunas, cordilleras,
historias arcanas, consejos,
apuntes varios.

Eres un poemario con la tapa de flores.
¿Flores frescas
o las flores del mal de Baudelaire?



Begoña Iribarren Astorkiza 




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